Destinados
Fósforos
sus ojos
miraba con una sonrisa de foca
y un olor insoportable
de tobillos mojados
sus manos eran charcos
las venas
ranas azules buscando aparearse
golpeó la puerta
estaba ella ahí
casi sorda
oxidada de tantos sigilos
los fósforos
-esos-
su ropa quemaron
se mojaron a un tiempo
los cuatro tobillos
las lenguas en puntas de pie
después de leguas y leguas
de estarse buscando
perdieron las escamas una a una
yo los vi
transformándose iban:
primero muñones
después plumas
por último
sapos.
transformers.
ResponderEliminarsaludos Monica.
Mónica. De los ismos del XX, por lo menos...
ResponderEliminarBesos.
laura
Excelente. Me evoca a Darwin en un sentido espiralado, yendo y viniendo por ciertas zonas de la escala evolutiva.
ResponderEliminarUn Poema de espíritu Darwiniano,
sin lugar fijo de partida ni de llegada.
Mónica, no sé por dónde lo navegaste vos, a mí llevaste hacia
esos puertos.
Siempre hago mi reverencia a tu Poesía, a tu Poeta, a tí, Poeta.
Voilá, aquí el Templo palabreante angelino.
Un Placer de la Letra recorrerlo.
Besotes.
Virginia.
Mónica:
ResponderEliminarEn dos palabras, IM PRESIONANTE.
Abrazo
Ana Silvia, la de V. Crespo
Mónica, qué maravilla tu blog. Qué hondas y frescas son las imágenes de este poema. Qué gran placer venir a leerte. Felicitaciones por tu arte y tu talento.
ResponderEliminarUn abrazo inmenso.
Jeniffer
Tu agua retenida invade mi alma.
ResponderEliminarSiento su frescor que aplaca mi fuego.
Las ascuas me queman, me abrasan.
Firme la candela, mi vida consume.
Explosión de rumias, sentimientos nítidos.
Fosforescente, queman mis ojos. Mujer.
molina