en la presentación de Universos Diversos
26 de octubre de 2009
6 de octubre de 2009
Mónica Angelino
A do de pecho
Voy por mi derecha
Sí
por mi derecha hacia la izquierda
de todo lo que soy
haciendo buches de sal muera calzando
un zapato en cada pie
Sí
de pájaro de lágrimas de verde
con migas de panes en la boca y jazmines
en la frente voy de trueno
sin tabúes sin dios a orgasmo puro
Sí
de trigo de vino de maíz
de corcheas en la oreja
con rodajas jugosas de naranjas
chorreando bengalas por los dedos
Sí
subiendo mientras bajo
con un pucho apagado
en el bolsillo y otro pucho entre los labios
apagado también
Sí
con las manos cerradas abierto el corazón
con toda la lluvia y sus eneros
los candados con sus llaves
que no abren y la piel enrojecida
de ozono agujereado de madera
con sus clavos voy azul de viento
silencios y mortaja
Sí
en cueros sin un trapo
por el cuello voy embudo
de botella hasta el fondo
como válvula sigmoidea
resistiendo.
2 de octubre de 2009
Marta Pimentel - Rep. Argentina
Mientras... ¿dónde estabas?
He lamido otra piel
mordido otro cuerpo,
Purificado otra alma.
Me he consagrado en alabanzas
Sobre otros abismos.
He llegado al Olimpo
Entre otros brazos.
He contemplado mi rostro
En otra mirada.
He mirado otro cielo infinito,
mientras...
¿Dónde estabas?
Mónica López Bordón - España
Soy la semilla que vendrá
Se calla todo para escuchar en alto
una huella, un hospital de guerra.
Las gotas dejan de rodar por el asfalto
y la sangre, en bella circunferencia,
dibuja las venas ardientes de la tierra
como naturaleza conseguida.
hay una mujer prisionera, una bailaría y la otra,
más lisonjera, se soltaría el cabello
y caminaría hacía ella sin dejar rastro ni huella.
todas ellas son aquella semilla que vendrá
con sosegada sonrisa y locura calma.
Repaso cada vestido puesto,
las sílabas conjugas con el traje cosido para el abandono
o aquel gris olvidado de la tarde fugitiva
envuelta en fuego y que ardió en humo.
Hago recuento: nunca quebré una trenza,
ni rompí el cuello de una serpiente,
alguna vez sí besé una piedra,
hasta acaricié su lomo por belleza,
también tomé un luto por inventada fiereza
y acosté mi lado desnudo
al lado de alguna treta.
Ahora, sin gesto y sin contorno
desembarco de pie en otra mujer.
Empiezo a caminar danzando entre los árboles,
soy ese ojos desnudo
abierto a los cuatro puntos cardinales.