31 de enero de 2009

Mónica Angelino


mirando más allá

Con la espalda encorvada la abuela

está

las manos agrietadas

hundidas en la lana del colchón

que en la pileta del patio

lava


abrigando pezones

colchón que fuera

crespón de besos


prendido futuro a la teta


junto con el agua se fueron los orines

y el sudor del viejo


limpios los recuerdos


la abuela lava la muerte

para que sus nietas se acuesten

a ovular

nuevos sueños.

..................................


Inconsciente


Como un


estructurado


lenguaje


inconsciente


él


está.



.............




No es verdad que la memoria


con el alcohol


se borre


sólo se aletarga


mientras dura


por eso mendigo


-gracias-


mendigo


-Dios lo guarde-


mendigo


por unas monedas


-por favor Señor-


para que dure.




30 de enero de 2009

Fabricio Estrada - Honduras


Dasvidania es el amor de Gala


Amor,

un caracol se desliza en tu oído,

cuando me miras.



Mi silueta es la nube que ahora truena.



Decirte adios en ruso

es como explicarte el paisaje:

se alarga la frase como la Nevski Prosket

y boreal se ilumina la mirada,

cuando me miras.

En la Iglesia de Kazán

hay un nicho que espera por tus labios,

en mi silencio, un pararrayos.



Amor,

tiendo la ropa que manchó el arcoiris,

el traje de buzo que hiciste florero.

Decirte adios,

es como explicarte el paisaje.


(de Poemas de Onda Corta, 2009)


Fabricio Estrada nació en Sabanagrande, Francisco Morazán, Honduras, en octubre de 974. publicaciones: Sextos de Lluvia (1998), Poemas contra el miedo (2001), Solares (2004) Imposible un Ángel (antología - 2005) Poemas en Onda Corta (por publicar, 2009) ANTOLOGIAS Y OTROS: Cien Años de Poesía Política en Honduras, Roberto Sosa, (2003). La Hora Siguiente, poesía emergente de Honduras, Salvador Madrid, (2005). Imposible un Angel, Il Miglior Fabbro editores. Muestra de poesía de Honduras (2005), Revista Tinta Seca, México, Saúl Ibargoyen. Las Rutas del Viento, antología luso-española, Antonio Colinas, Madrid, España, La Herida en el Sol (2005), antología Poesía Centroamericana Contemporánea, Editorial de la UNAM, México (2008) Diccionario de la Literatura Centroamericana (UN- Edit. Costa Rica – 2008) V Festival La Poesía Tiene la Palabra, Casa de América, Madrid-España (2005) Invitado especial para el programa de Televisión Española Internacional “Casa de América” (junio del 2005).







26 de enero de 2009

Susana Giraudo - Rep. Argentina

Poema iluminado


Qué importa la variable del relámpago,

en tanto el pájaro asustado

busca en la selva ,

la sombría complicidad del musgo.

Una fábula convencida y la duda

alterando el tacto sobre lo que siempre arde.

La luz sigue su marcha entre sombras segadas.

Variable o constante, es

señora justiciera de tinieblas.

Que sería sin luz

el ojo tatuado en la palma de una mano.

Qué sería de los labios que buscan a ciegas

la humedad de otra boca,

la tersa piel del estremecimiento

y el latido profundo que ilumina,

(luz que no es luz)

desde la entraña a la gloria .

El fuego crepita y se retuerce.

La chispa entre dos piedras

intimida aún al bramido de los siglos.

El tiempo pasa sobre cenizas

donde el tizón persiste

iluminando.

…………………………..

Siempre se salva a un niño

Un odio definitivo y sólido
arrastra los resabios temblorosos
de la pequeña última muerte.
Sarcófago inventado donde
la nada se arrebuja en los rincones.
Batalla devenida como toda batalla,
sin precisar la chispa que la engendra.
Turbio lastre de la frustración
moviendo personajes contrahechos,
mientras los hilos se mezclan y confunden.

¿Dónde se apaga el odio?
¿En cántaros de cobalto?
¿En caminos de espuma donde perder su huella?
Las palabras borran un rostro
entre la niebla espesa del futuro,
y las manos intentan
destruir lo abominado, el sinsentido.

Cuando se aquieta el derrumbe,
entre los escombros,
siempre se salva un niño.

………………………….

Herodes


Masticar rosas, creo, es buena práctica,
mientras en el mundo la sangre se convierte
en río hirviente.
Delirante, un payaso vomita odio y desenfreno,
sentado en su trono estrafalario.
No hay abalorio que distraiga sus manías.
Persiste voraz ,
ordena muerte,
su triste poder de historia inolvidable.

Herodes, mirando al nuevo líder del horror
y la sangre,
se ha tornado
un niño
balbuceante.

Susana Giraudo nació en Villa María, provincia de Córdoba, la Argentina, en el año 1947. Es poeta, narradora y ensayista. Adquirió su formación literaria en talleres, cursos y congresos. Como artista fue discípula de Eduardo Cervera , Nélida Petrucelli y del acuarelista vasco Fernando Quintana. Fue publicada en numerosas antologías y recibido importantes premios y distinciones.

Libros publicados

  • Trazo y poema, edición de la autora, 1988
  • Cuerpo de luz, Editorial Vinciguerra, 1991
  • El sonar transparente, Editorial Vinciguerra, 1993
  • La luna en fuegos de final de noviembre, Ed. Trasgo, 1998
  • Plaqueta receta, edición de la autora
  • La inocencia, Ed. Radamanto, (plaqueta)
  • Encantamiento, edición de la autora, (plaqueta)
  • La armonía de las desarmonías, Vinciguerra (Arg) Libroitaliano ( Sicilia- Italia).

22 de enero de 2009

Mónica Angelino


Yo sí que no tengo remedio


En el lavarropas metí

de sueños un tendal

de tráfico

y lavado de intereses

no cotizables

me acusaron


manzanillas dispuse en el centro de la mesa

-afirman que aclara el cabello-


un par de ilusiones introduje en el horno

las cociné a fuego lento con mucha azúcar

besos de vainilla y me salió un té

quiero


subí escaleras que bajaban para arriba

colgada me quedé de la cola de un barrilete

que ascendía en picada

y me burlé de Ícaro


abrí mis manos para soltar las mariposas negras

que volvieron

una y otra vez

volvieron


disminuí la velocidad cuando el cartel ordenaba

“despacio escuela” y me atropellaron

las jaurías por no seguir las reglas


desnuda en la noche

con mi piel bajo el brazo busco

-desesperadamente-


atrapar espejos.

Raúl Sarmiento - Rep. Argentina


El mejor remedio es el tiempo


"En el lavarropas metí
de sueños un tendal"

"un par de ilusiones introduje en el horno"
(de "Yo sí que no tengo remedio" de M A)


El viejo café frente a la estación del ferrocarril conservaba el estilo, el mostrador y las mesas de cuando lo inauguraron. Las patas de las sillas se quejaban casi tanto como las rodillas de sus clientes habituales. El olor de antaño no se animaba a salir aunque la puerta y las ventanas estuvieran abiertas de par en par. Lugar de hombres, de truco, ginebra y anécdotas.
En él, los parroquianos haciendo gala de su memoria volcaban sobre la mesa historias mil veces contadas, mil veces escuchadas como la primera y después comentadas. Siempre igual, las mismas caras, ninguna voz nueva. El patrón, con el cigarro, ese resto de toscano que parecía estar siempre a medio consumir, dejaba escapar bocanadas de humo que impregnaba el ambiente. Esa nubosidad que abrazando a los clientes los reconocía mientras se acomodaban en las mesas, rodeaba después a la máquina de café. Nadie pedía nada, pero el dueño sabía, uno cortito y cargado, otro con “una gota de leche fría”, el tercero amargo y si venía el turco lo quería con dos sobrecitos de azúcar. Los repartía como si invitara la casa. Cuando se iban no preguntaban cuánto es, siempre pagaban y sobraban una monedas que como por descuido quedaban bajo el borde de un platito.
El dueño, hijo de un inmigrante de principios del siglo XX, había heredado el negocio y cumplido con los mandatos; allí estaba detrás del estaño desde que falleciera el padre. Alto, hombros anchos y pecho henchido, le decían “El Sabio” negando aquello de: “cuanto más se sabe más se duda”. Siempre opinaba sobre todos los temas que se tocaban con conceptos firmes y concluyentes. No dudaba, no aceptaba cuestionamientos, en tal caso al fundamentar golpeaba la servilleta que traía en el antebrazo, sobre el borde de la mesa. Descubría así la manga del saco blanco con botones cromados, que a opinión de algunos se lo había dejado el viejo junto con el boliche.
El boliche, el café … con su techo ennegrecido, paredes que cansadas de escuchar tantas historias habían comenzado a mostrar rajaduras en las esquinas y en una de ellas sostenidas por un clavo, pendían algunas boletas de impuestos no pagados.
Aquella tarde de julio la puerta se cerró detrás de la bufanda de Pedro y las manos arrugadas se acercaron al bigote blanco buscando el aliento que las calentara. Se sentó junto a la ventana. Después llegó Rosendo con las solapas del saco levantadas y una boina cubriendo la calvicie
- ¿y el turco?- y se sentó frente al otro recién llegado.
- Fue a llevar a la mujer al médico.
- ¿Andaba mal no? – dijo señalándose la sien derecha.
- Y… bastante.
Ningún pocillo llegó a la mesa. Esperaban al turco.
Esta vez la espera consumía casi todo el cigarro mientras el ruido del tránsito se colaba por las hendijas.


Cuando por fin llegó, se sentó de cara a la ventana y contó desde el principio, como se contaban siempre todas las historias.
- Hace como un mes comenzó a hacer cosas raras, un día se levantó a las dos de la madrugada para saludar a una amiga por el cumpleaños, pero la amiga cumple en diciembre. Confundió el feriado del 20 de junio con semana santa. Tiene días que llora durante horas y otros se ríe sin motivos, como pasada de vueltas; corta flores del jardín para llevarlas al cementerio porque dice que es el día de los muertos. Ayer no sabía en qué día estamos viviendo, me lo preguntó como diez veces…
- ¿Y el médico qué te dijo?
- Que tiene una psicosis bipolar.
Pedro y Rosendo se miraron sin comprender. El sabio había abandonado el mostrador y escuchaba a espaldas del turco con los brazos en jarra mientras las cenizas amenazaban caer en cualquier momento
– ¿Y eso qué es? Sonó su voz por encima de las tres cabezas.
Un tipo de demencia…¡está loca!
El silencio ahogó las palabras y enturbió las miradas, hasta que el dueño justificó su apodo.
- ¡Joder turco! Que ese mediquillo no sabe nada. Tu mujer se cura con el tiempo. A fin de año se le pasa todo.
Las miradas desconcertadas se volvieron hacia él y los tres al unísono lo increparon
- ¿Qué estás diciendo?
- Que si mi mujer tiene una amiga que mete sueños en el lavarropas e ilusiones en el horno, lo que ha hecho la tuya es meter el almanaque en la licuadora, y el año que viene va a estar como nueva. – sin decir más les dio la espalda y mientras pasaba la servilleta por los ojos humedecidos por la noticia dijo en voz alta – uno cortito y cargado, otro con una gota de leche fría y uno con dos sobres de azúcar.


Raúl Sarmiento


(A modo de presentación)

Mónica, mi curriculum lo tengo armado en un archivo, pero no sé si es
adecuado para tu blogs. Es el que presento cada vez que tengo que
hacer un trámite ( o pedir un crédito), figuran los comprobantes de
pago a la AFIP, el seguro de mala praxis, el número de matrícula
profesional, fotocopias de los diplomas etc., etc., etc. Además puse
que nací en Ramos mejía (Pcia. de Bs. As.) allá por 1948, (qué lo parió
diría Mendieta). Que en 1974 me esposaron, cuatro meses después de
terminar mi carrera. Desde entonces, a diario, me dediqué a preguntarle
a la gente: ¿dónde le duele, tuvo fiebre, le duele la cabeza? o también:
¿eructa, tiene gases, cómo es la caca?
Pero en ningún lado puse que desde adolescente escribía poemas sueltos
e historias cortas, y de vidas cortas porque casi siempre tuvieron un
mismo destino ( el cesto, a la derecha del escritorio), para decirlo de
otra manera "fueron textos no publicados". Desde que integro el taller
literario "Macondo" de Graciela Ocampo en Gral. Rodríguez comencé a
guardarlos.
Tengo una duda: ¿te mando el archivo completo o completo el archivo
cuando vaya a solicitar otro crédito?
Sacame de esta encrucijada. Un beso, Raúl.



20 de enero de 2009

Eduardo Dalter - Rep. Argentina


Dejá que entre la luz....



Dejá que entre la luz,
dejala que entre,

que se acomode,
que abra su valija;

no vayás a echarla;
dale de comer,

dejá que ande por la casa.




De Silbos

Buenos Aires, 1985-1986



....................................



Seguramente haya otro lugar...




Seguramente haya otro lugar

más allá de este pozo

y de este horizonte seco

y quebradizo. Un lugar

para sentirse más palpable

y que hay que edificar aquí.




De Hojas de sábila

Buenos Aires, 1987-1992



...........................................



Nadie estuvo en sus ropas....

Nadie estuvo en sus ropas, en su patria, en sus raíces.

Un silencio de lobo avanzó y corcoveó por estas calles.

El terror derribó puertas y espió por las mirillas.

Una conmoción de muerte, de la puerta para afuera

y de los ojos para adentro, nos exilió del otro

y fuimos gente sola, de mirada huidiza, en los rincones

como las hojas tristes que los vientos amontonan.



De Estos vientos

Buenos Aires, 1984


.....................................



Luna, grave...


Luna, grave

luna, encima


de los tejados

ya húmedos;


y las calles solas,

solas,


donde se va

esfumando


la estela

de tu aliento


a cada paso.



De Mareas

Buenos Aires, 1993-1995



Eduardo Dalter nació en Buenos Aires, Argentina, en 1947. Poeta e investigador cultural. Desde 1971, año en que editó su primer poemario, ha venido desarrollado un quehacer intenso en los ámbitos poéticos. Importantes publicaciones de su país y de América han incluido en sus páginas poemas de su autoría: revista Crisis (Buenos Aires), revista Alero (Universidad de Guatemala), Shantih magazine (New York), Revista Nacional de Cultura (Caracas), y revista Casa de las Américas (La Habana), entre otras. Durante los años de la última dictadura militar de su país vivió en el Oriente venezolano y en la ciudad de Maracaibo, donde en 1982 se publicó uno de sus libros (ver al pie el listado de obras poéticas del autor). Dio conferencias y participó de encuentros internacionales en distintos países y asimismo brindó numerosas lecturas; entre otras: en el Ginsberg Tribute, en el Central Park, New York, y en la más reciente Feira do Livro, en Brasilia . En el año 2000 tuvo edición su trabajo de investigación Harlem: los blues de la historia, que incluye una selección poética, con traducción que le pertenece en coautoría. Por otra parte, en el lapso 1994-2002 dirigió en su ciudad la revista de poesía latinoamericana Cuaderno Carmín, de difusión continental. En la presente década preparó y ofreció diversos seminarios acerca de la poesía de América en la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires, entre otras instituciones. Reside al sur de la ciudad de Buenos Aires.



OBRA POÉTICA




* Aviso de empleo; Ediciones E. C., Buenos Aires, 1971.

* Las espinas del pescado; Ediciones Por la Poesía, Buenos Aires, 1973.

* En las señales terrestres; Lavoisier Ediciones, Buenos Aires, 1975.

* En la medida de tus fuerzas; Ediciones Cantaclaro, Maracaibo, 1982.

* Versus (1971-1984); Ediciones del Río de la Plata, Buenos Aires, 1984. (Incluye Estos vientos, 1984)

* Silbos; Ediciones del Río de la Plata, Buenos Aires, 1986.

* Hojas de sábila; Ediciones del Río de la Plata, Buenos Aires, 1992.

* Aguas vivas; Ediciones del Cántaro y Huaico, Buenos Aires, 1993.

* Las costas del golfo; Ediciones Mucuglifo, CONAC, Mérida, 1995.

* Mareas; Ediciones del Cántaro, Buenos Aires, 1997.

* N.Y. Postales para enviar a los amigos; Ediciones del Nuevo Cántaro, Buenos Aires, 1999.

* Almendro de naufragio; Editorial La Espada Rota, CONAC, Caracas, 2000.

* Bocas baldías; Ediciones del Nuevo Cántaro, Buenos Aires, 2001.

* La gente está en la calle (8 poemas); en Revista Nacional de Cultura, N° 324, Caracas, 2002.

* Marcha de los desocupados; Ediciones del Nuevo Cántaro, Buenos Aires, 2002.

* El mercado de la muerte (43 escritos breves); en Casa de las Américas, N° 236, La Habana, 2004.

* Macuro; Ediciones del Nuevo Cántaro, Buenos Aires, 2005.

* Hojas de ruta, 1984-2004; Ediciones del Nuevo Cántaro, Buenos Aires, 2005.

* Canciones olvidadas; Editorial Recovecos, Córdoba, 2006.

* 7 Poemas; Ediciones del Nuevo Cántaro, Buenos Aires, 2007.

* Nidia; Ediciones del Nuevo Cántaro, Buenos Aires, 2007.









16 de enero de 2009

Mónica Angelino


Inspiración


Con el pan duro
de mis huesos al hombro
ando para la

sin horizonte

y mi tumbera de hojas
no tiene tinta

no me sale ni
¡y me agarra una!

si hasta el bandoneón
está desafinado

¡si serás gila serás!

andá
cantále
¡a magoya cantále!

¿todavía no aprendiste?

la noche
es una boca que muerde.

Mensajes: monica_angelino@hotmail.com
http://hombrescontraelmaltrato.blogspot.com/ http://www.poetasdelmundo.com/verInfo_america.asp?ID=4651

13 de enero de 2009

Concepción Bertone - Rep Argentina

Entrevista al poeta palestino Mahmoud Darwich

«Para mí, la poesía está ligada a la paz»



Muriel Steinmetz
Traducido para Rebelión por Manuel Talens


El gran poeta palestino vive en Ramala. En État de siège [1], abre una ventana a su mundo, presa de todos los sufrimientos. Tras largos años de exilio, Mahmoud Darwich vive ahora en Ramala. En 1948 tenía seis años cuando el ejército israelí expulsó a su familia del pueblo de Birwa, donde nació. En 1950, volvió a su tierra, pero Birwa había desaparecido. En su lugar habían construido dos colonias israelíes. La historia del poeta se confunde con la de su pueblo, cuyo derecho al retorno, más que nunca, sigue siendo algo hipotético. Sin embargo, Mahmoud Darwich afirma que «el poeta no tiene obligación alguna de ofrecer un programa político a su lector». Preconiza una lectura inocente de su obra, que está impregnada de un «lirismo épico», según las palabras del poeta griego Yannis Ritsos. La poesía de Darwich, cualesquiera que sean sus raíces, no se inscribe en un tiempo y un espacio dados, por muy candentes que sean. El exilio sigue siendo su verdadero sustrato, lo más cercano de una geografía concreta del mundo, bañada en más de una época histórica. Mahmoud Darwich se define como un troyano y, con una leve sonrisa, reivindica el estatuto de víctima. ¿Acaso no es más noble cantar, aunque sea en la cárcel, en vez de ocuparse de oprimir y controlar al prójimo? Acaba de publicar État de siège, testimonio escrito en caliente por un hombre aislado en el seno de su propia tierra, cercada por los tanques. Su larga y poética reflexión nació del tiempo libre impuesto a este heraldo de un pueblo también situado bajo estrecha vigilancia. Desde su ventana escruta las calles de Ramala, escribe la crónica de las horas y los días. De visita en Francia, ha accedido a responder a nuestras preguntas, traducidas por Farouck Mardam-Bey, su editor en Actes Sud. Una recopilación anterior de entrevistas con usted llevaba por título Palestina como metáfora. ¿De qué es una metáfora Palestina? Fue mi editor quien escogió el título. Esa metáfora permite decir cosas sobre la poesía: la relación del ser humano con su historia, con su existencia, con la naturaleza, consigo mismo, así como su lucha por las libertades individuales y colectivas. Para mí, Palestina es sólo un espacio geográfico delimitado. Remite a la búsqueda de la justicia, de la libertad, de la independencia, pero también a un lugar de pluralidad cultural y de coexistencia. La diferencia entre lo que yo defiendo y la mentalidad oficial israelí –incluso diría la mentalidad dominante hoy en Israel– es que esta última conduce a una concepción exclusivista de Palestina, mientras que, para nosotros, se trata de un lugar plural, ya que aceptamos la idea de una pluralidad cultural, histórica y religiosa en Palestina. Este país la heredó. Nunca fue unidimensional ni perteneció a un solo pueblo. En mi escritura, me confieso hijo de varias culturas sucesivas. Hay lugar para las voces judía, griega, cristiana y musulmana. La visión opuesta concentra toda la historia de Palestina en su periodo judío. No tengo derecho alguno a criticar la concepción que ellos tienen de sí mismos. Pueden definir su identidad como deseen. El problema es que esa concepción de la identidad significa la negación de la del otro. Eso nos impide vivir libres e independientes. Consideran que no tenemos ningún derecho sobre esta tierra, en la medida en que la aprehenden como tierra bíblica y juzgan que, desde hace dos mil años, está a la espera del «regreso» de quienes la habitaron antaño. Hay, pues, una tentativa permanente de monopolización de la tierra, de la memoria, incluso de Dios. Por eso, la lucha se sitúa hoy en diversos ámbitos. Los gobernantes israelíes tratan de aplicar su concepción del pasado sobre una realidad que no le corresponde en absoluto. A veces, provoco a un soldado en el puesto de control. Le digo: «Si queréis la tierra santa tal como está escrita en la Torá, quedaos con ella y dadnos la tierra que no es sagrada, es decir, todo el litoral palestino. No hay historia bíblica sobre este litoral». Si la referencia es religiosa, hablemos de este intercambio entre el litoral y el interior, pero si es jurídica, si depende del derecho internacional, volvamos a las resoluciones de la ONU. ¿Qué lugar ocupa hoy la poesía de lengua árabe y, en particular, su propia poesía en la literatura árabe? Los países europeos y Estados Unidos creen que la poesía de lengua árabe ocupa el lugar de honor en la cultura árabe, como sucedió durante tres siglos. Se habla de la crisis de la poesía en Occidente, de la decadencia de su masa de lectores. La misma crisis existe entre nosotros. La relación entre la poesía y los lectores se ha vuelto problemática, quizá debido a que la poesía árabe se adentró en formas experimentales, que la aislaron del gran público. Establece una distancia entre el texto y la realidad y se priva de la riqueza de las cadencias de la métrica árabe. Hay también una razón de orden cultural. La poesía no es el primer género literario entre los árabes. La novela ha tomado el relevo. Eso es algo positivo. Yo añadiría que vivimos una crisis de identidad cultural y política. Los árabes retroceden en numerosos planos. Tenemos el sentimiento de no participar en el curso de la historia. Por ejemplo, se oye hablar de un gran Oriente Próximo. Pero los estadounidenses, iniciadores de dicho proyecto, consideran que los árabes ni siquiera merecen ser consultados. En la medida en que las fronteras de los países árabes fueron fijadas por extranjeros, estos mismos extranjeros pueden modificarlas a su antojo. Los árabes no participan en la definición de su destino. ¿Qué quiere que haga la poesía en tales condiciones? ¿Hablar de la edad de oro? ¿Adorar el pasado? La verdadera poesía árabe es una poesía crítica de la realidad árabe. Perdone que le haga esta pregunta un poco brutal, pero ¿puede la poesía, en su sentido más elevado, tal como usted la practica hoy, constituir la alternativa a la religión? William Blake decía que la imaginación es una nueva religión. Todo el movimiento romántico busca sustituir la inspiración poética por la inspiración religiosa y profética. Yo creo que la religión y la poesía nacieron de la misma fuente, pero la poesía no es monoteísta. Tal como dijo Heidegger, nombra a los dioses. La poesía está en rebelión permanente contra sí misma. No cesa de modificarse. La religión es estable, fija, permanente. Sin embargo, la búsqueda de lo desconocido es común a ambas. La poesía tiende hacia lo invisible, sin encontrar solución. La religión encuentra una, de una vez por todas. ¿Acaso el gran problema del marxismo no fue que en cierto momento se convirtió en una religión? ¿Es hoy compatible la poesía con la religión bajo su forma más reivindicativa y violenta? Desde luego, el integrismo impide que florezca la poesía. Su maniqueísmo sin apelación no conviene en absoluto a la poesía. El integrismo tiene respuestas totalmente preparadas. Es poeta quien duda y acepta al otro. Para mí, la poesía está ligada a la paz. Está en perpetua adoración ante la belleza de las cosas y, desde luego, ante la belleza femenina. El integrismo aísla a la mujer y la esconde. A la poesía le gusta el vino; el integrismo lo prohíbe. La poesía sacraliza los placeres en la tierra. El integrismo se les opone ferozmente. La poesía libera los sentidos. El integrismo los reprime. La poesía humaniza a los profetas. Por eso la cultura engendrada por el integrismo religioso es antipoética por excelencia. El integrismo puede llegar a suprimir todo lo que sea contrario a su concepción del mundo. En sus formas más extremas, representa un peligro mortal para la poesía y los poetas. Durante los siglos IX, X y XI –la edad de oro de la poesía árabe– el Estado fue bastante tolerante, abierto a todas las culturas. Hubo, en particular, una bellísima poesía erótica y báquica. El fundamentalismo musulmán es en sí mismo una reacción al fundamentalismo y al integrismo estadounidense e israelí. El despotismo universal de Estados Unidos, tal como se despliega hoy en día, está legitimando el integrismo musulmán. Cuando los estadounidenses hablan del terrorismo como algo inherente al Islam, empujan a los musulmanes hacia ciertos extremos. La lucha actual, que se nos presenta como una lucha entre civilizaciones, no es más que una lucha entre integrismos. No es una guerra de civilizaciones, sino una guerra entre diferentes barbaries. Nos parece impresionante la reflexión de Ritsos, que califica su poesía de «lirismo épico». ¿Cree que eso lo define a usted todavía hoy, teniendo en cuenta que en Occidente la epopeya es una forma que despareció hace siglos, mientras que el lirismo parece considerablemente en retirada? La poesía épica, en el sentido tradicional del término, desapareció hace tiempo. Tal como demostró Hegel, estuvo vinculada a las antiguas civilizaciones. El lirismo es intemporal, porque existe siempre una pluralidad de «yoes». Este tipo de poesía expresa detalles, partes del alma de un pueblo. Se centra en los individuos que lo componen, más que en el pueblo entero. Desde luego, estos conceptos no tienen base alguna en la poesía árabe. Provienen de las lenguas occidentales. En Occidente, se dice que el lirismo es lo que no es ni épico ni dramático en sentido teatral. Por el contrario, nuestra poesía árabe es lírica desde su origen, pero según diversas corrientes. Las formas son múltiples en ella. Cuando Ritsos define mi poesía como un «lirismo épico» se refiere a la arquitectura del poema y a la multiplicidad de las voces en su seno. Mi voz no es la única, pues hay otras que expresan el grupo. Mi poesía no se sitúa en un espacio limitado y personal, sino en un espacio amplio, en el plano histórico y geográfico. De ahí que algunos de sus rasgos recuerden la épica. El lirismo de estos poemas no ni es ni muy personal ni individual, es un lirismo colectivo. Se trata de una poesía que no es totalmente lírica ni totalmente épica. El lirismo también está en retirada en el mundo árabe. Los jóvenes poetas, un poco perdidos, no dominan los conceptos. A menudo confunden lirismo y romanticismo. ¿Puede la poesía ayudar a que un pueblo conserve su identidad, incluso en las peores dificultades de supervivencia?
No creo que la poesía tenga un papel evidente en la lucha nacional. Su influencia no es inmediata. Constituye un viaje permanente entre culturas, tiempos y espacios. En ese sentido, yo no creo en una poesía nacional. Dado que el poeta es el hijo de una época y de una lengua, contribuye sin duda a dar forma a la identidad nacional de un pueblo al desempeñar un papel de orden cultural, pero no tiene por qué incitar nada. En los años cincuenta, sin duda, en el mundo árabe y en el mundo entero –pienso en toda la poesía comprometida, en particular, entre ustedes los franceses, en Louis Aragon–, el poeta tuvo un papel político directo. El mundo era un poco menos complejo que hoy en día. En nuestro caso, la ocupación israelí es una larga ocupación, a diferencia de la alemana en Francia. ¿Qué artista puede representar sin interrupción el papel de poeta de circunstancias, de poeta comprometido, en el sentido antiguo del término? Si pretende representar ese papel, la ocupación habrá conseguido matar también la poesía.



Para nuestra patria


Para nuestra patria
Próxima a la palabra divina,
Un techo de nubes.
Para nuestra patria,
Lejana de las cualidades del nombre,
Un mapa de la ausencia.
Para nuestra patria,
Pequeña cual grano de sésamo,
Un horizonte celeste…y un abismo oculto.
Para nuestra patria,
Pobre cual ala de perdiz,
Libros sagrados…y una herida de la identidad.
Para nuestra patria,
Con colinas cercadas y desgarradas,
Las emboscadas del nuevo pasado.
Para nuestra patria cautiva,
La libertad de morir consumida de amor.
Piedra preciosa en su noche sangrienta,
Nuestra patria resplandece a lo lejos
Pero nosotros en ella
Nos ahogamos sin cesar.

Mahmud Darwish era considerado el poeta nacional de Palestina y uno de los más célebres literatos árabes contemporáneos, nacido cerca de Acre el 13/3/1941 y fallecido en Estados Unidos en agosto de 2008 a causa de problemas cardíacos. En su trabajo, Palestina se convirtió en una metáfora de la pérdida del Eden, el nacimiento y la resurrección, así como la angustia por el despojo y el exhilio . El poeta Naomi Shijab Nie ha comentado sobre el trabajo de Darwish: "Darwish es el respiro escencial del pueblo palestino, el testigo elocuente del exilio y la pertenencia..."


Concepción Bertone

Rolando Revagliatti - Rep. Argentina


Antología poética

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Mónica Angelino


Cala hasta el fondo del árbol


hasta donde los gorriones hacen nido


allí


la mano rastrera del monstruo


escarba con su aguijón de bilis...




(continua en
http://hombrescontraelmaltrato.blogspot.com/
)



Mensajes: monica_angelino@hotmail.com