22 de enero de 2009

Mónica Angelino


Yo sí que no tengo remedio


En el lavarropas metí

de sueños un tendal

de tráfico

y lavado de intereses

no cotizables

me acusaron


manzanillas dispuse en el centro de la mesa

-afirman que aclara el cabello-


un par de ilusiones introduje en el horno

las cociné a fuego lento con mucha azúcar

besos de vainilla y me salió un té

quiero


subí escaleras que bajaban para arriba

colgada me quedé de la cola de un barrilete

que ascendía en picada

y me burlé de Ícaro


abrí mis manos para soltar las mariposas negras

que volvieron

una y otra vez

volvieron


disminuí la velocidad cuando el cartel ordenaba

“despacio escuela” y me atropellaron

las jaurías por no seguir las reglas


desnuda en la noche

con mi piel bajo el brazo busco

-desesperadamente-


atrapar espejos.