HARAPOS DE ABANDONO
Petrificado en el exilio de la noche,
el gnomo de membranas hambrientas
y heridas coaguladas por el látigo del sol,
suplica silencioso y a la intemperie por su huérfana inocencia.
Golpeado sobre la lozana piel naciente
desgarra sus sueños sobre el fango.
Querubín a la espera del retorno, desnuca a la justicia
tras el peso de una lágrima,
gestada desde las entrañas de su orfandad.
Vestido con harapos de abandono,
busca encontrar la esquina de su infancia,
atravesando angustias con sabor a prepotencia
que anule cicatrices, marchite lo imposible y destiña ausencias.
Metamorfosis de verbos, vigilan el “pienso” carcomido,
fantasma encadenado al sordo murmullo de los días,
que dañan crucifijos pintados de esperanza
entre las tenazas abiertas y dolosas de un germinado desafío.
Con resignados pasos,
cruza la frontera del destino al ritmo de los ciclos de la luna.
Atento a sus treguas sin color, rescata las siglas de los sueños
que suspendidas quedaron en el buzón del tiempo.
En búsqueda de Dios,
un par de sonrosadas mejillas sombrea la vida,
en reclamo justo por el dorso edénico de su inocencia.
(Poema contenido en el libro premiado "La República de los Tristes")
REALIDAD VS. DESEO
Me vestí con encajes y tules,
mis labios besaron el espejo con abundante rouge,
para despedir con galas mis múltiples pecados.
Subí velozmente por las plataformas de mis sueños
y desnudé hasta el último suspiro ahogado.
Desde las profundidades, y en un solo grito,
cumplí mi deseo.
En éxtasis inicié mi infinito viaje.
Se gastó mi piel en numerosos cuerpos,
y en el espejado tiempo sin fondo
me anulé del mundo.
Adoré lo inexistente, coroné lo imaginado,
arrojando mi túnica carnal por la ventana de mis penas
y en soledad, en soledad
colgué mis ojos sobre hojas muertas.
Me gustaron los dos Monica! Realmente excelentes
ResponderEliminarMaravillado con la lectura, especialmente el segundo poema. Te lo aplaudo.
ResponderEliminarSaludos.