1 de abril de 2009

Carlos Monestés - Rep. Argentina


Don Oreste está molesto porque le pusieron piso de portland



....................................A Rolando Revagliatti
...................................Impulsor de esta veta gauchesca



El chancleteo suena esa mañana distinto
¿será que el piso del rancho ya no es más de tierra, de polvo?
Después de la lechada de portland
todo suena distinto en el rancho.
Las palomas ya no entran a espulgarse las alas
levantando hilitos de polvo,
ahora se pasean delante de la puerta como centinelas,
Doña Luisa le ha prohibido que las deje entrar
porque no quiere que les hagan sus necesidades adentro.
Antes, cuando el piso era de tierra,
Don Oreste con la puntera de la alpargata hacía un montículo de tierra
y ¡zas! desaparecía el excremento del bicho
pero ahora las pobres palomas por orden de Doña Luisa van y vienen como carceleras
delante de la puerta.
Yo me quedo con el piso de tierra
-piensa Oreste-.
Ahora los ruidos son otros, las chinelas de Doña Luisa no me dejan dormir
me dan ansiedad yendo y viniendo
yo la espero y la espero en la cama pa’ cumplir
y ella no sé que busca,
y si viene la comezón o la ebullición tanto chancleo la paraliza.


Las pisadas de Doña Luisa repiquetean en el cemento.
Todo se escucha. Un alfiler también se escucha.
Tanto es la cosa que ahora tenemos que salir disparaos
de aquí para allá
de día y de noche perturbados por las cosas que se nos caen.
¡¡Todo el día levantando cosas!!
La cuchara, el cuchillo, la lata’e picadillo,
el tenedor, el prendedor del pañuelo, la medallita, el cucharón,
el rebenque,el frenillo, un marlo, ¡¡¡la pava!!!
Doña Luisa dice que no hay que perder nada ni las monedas.


Se acabó el ruido de los relámpagos
el trueno y el viento
que son la voz y las voces y esas noches con Doña Luisa
escuchando el misterio de las ánimas
que platican para que no estemos tan solos y tengamos con quien hablar
y sólo oír el mullido golpe del gato
cuando cáia de la ventana.
De resulta que se nos va la vida en cosas ajenas
todo por el ruido del piso de cemento.
Yo le digo a Doña Luisa, antes con el piso de tierra
ni perdíamos ni encontrábamos
Total al final –como le aclaro a ella-
Todo lo vamos a encontrar debajo de la cama.



Carlos Antonio Monestés
nació en la ciudad de Rosario, Santa Fe (Argentina) en 1945. En Córdoba egresó de la carrera de Letras (U.N.C.) y publicó su primer libro de poesía en colaboración con Jorge Estrella, Sésamo ábrete (1970). A este libro le siguieron Diario de viaje (1996), Lecturas/Medios/La calle (1998).

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