A MÓNICA ANGELINO
De que me quejo cuando me quejo
si tengo los brazos y las piernas
tengo la noche y el sol
tengo tantas cosas aunque me queje
sin embargo conozco el dolor
que me atraviesa como una aguja
cuando escucho la voz de una mujer
y su testimonio que enmudece
la propia naturaleza de mi desaliento.
De que me quejo cuando me quejo
en el estrecho espacio de mi sombra
ese incomprendido secreto del lamento
mientras una mujer poeta y erguida
con su gesto que conmueve el silencio
se agiganta quebrando las cadenas
de la trémula realidad que nos rodea
y nos convierte en almas abiertas
a la voluntad invencible que la nutre.
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