Yo sí que no tengo remedio
En el lavarropas metí
de sueños un tendal
de tráfico
y lavado de intereses
no cotizables
me acusaron
manzanillas dispuse en el centro de la mesa
-afirman que aclara el cabello-
un par de ilusiones introduje en el horno
las cociné a fuego lento con mucha azúcar
besos de vainilla y me salió un té
quiero
subí escaleras que bajaban para arriba
colgada me quedé de la cola de un barrilete
que ascendía en picada
y me burlé de Ícaro
abrí mis manos para soltar las mariposas negras
que volvieron
una y otra vez
volvieron
disminuí la velocidad cuando el cartel ordenaba
“despacio escuela” y me atropellaron
las jaurías por no seguir las reglas
desnuda en la noche
con mi piel bajo el brazo busco
-desesperadamente-
atrapar espejos.