Posiblemente un día...
Posiblemente un día no sé cómo ni cuándo
te soltaré de mis manos.
y no habrá más tristezas.
se quedará de vos, esa dulce nostalgia
ése aroma tan tuyo,
cabalgando el olvido.
Posiblemente un día, me despierte
la aurora, y temblará mi alma como esa
hojarasca que se mece en el viento
hacia ningún lugar.
Y frente a mis silencios
recordaré tu abrazo,
cuando sedientos compartíamos
el mágico Nepentes;
Que entonces nos llevaba a extraños paraísos
donde era posible amar y soñar
y . . .
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Morada
Es en su punto cardinal, donde recalan mis anhelos.
Bosques umbríos donde habita el color de sus ojos,
insondables misterios encierran sus palabras
cuando dicen, de esa luna congelada y su paraíso
austral.
Me abismo en las páginas de su estar
donde mora, cuando dirige las agujas del silencio
de su entorno.
Lo adivino deambulando lúdicamente
entre metáforas y ritmos, cuando un poema
lo atrapa entre sones y cadencias,
iluminándolo
como lo hacen los pálidos y agónicos brillos
de sus cumbres, azules como su alma, como
el entrañable apego a su lar.
alasdelsur2000@hotmail.com
http://tallermundocreativo.blogspot.com/
Victoria Asís. Me quedo con este nombre, Mónica. Me ha encantado.
ResponderEliminarLaura
Posiblemente sea
ResponderEliminarun punto cardinal inexistente
ese
el del olvido,Mònica.
Como siempre
un enorme placer.
te abrazo.
Gracias, Mónica, por estas lecturas maravillosas.
ResponderEliminarVictoria, me quedo con tu nombre, tus palabras y llena de excelente poesía.
Abrazo a ambas!
Siempre es un placer leer a Victoria, poemas sentidos, profundos, buenas imágenes.
ResponderEliminarGracias por compartir sus poemas, querida Mónica. Encontré interesantes textos en tu blog, felicitaciones.
Un cariño
Analía
Para VICTORIA..ESTAS FLORES
ResponderEliminarQuiero a todos las flores.
A las silvestres
que creceN en cualquier lugar
y no tiene quien las cuide.
A las flores que murieron
en las fauces de los vientos,
a las que acompañan las lágrimas
cuando en una tumba quedan .
A la flor solitaria en la ladera
que bebe arroyos cristalinos,
a las que viven mil aplausos
mientras soplan las velas
de un año más.
A la que entonan melodías
al amanecer
y elegías al atardecer.
Quiero a todas la flores
a las que sangran ,
arrancadas sin piedad.
A las que entregan su elixir
al agitado colibrí.
A las que se visten de plateado
en noches de luna llena,
a las que sirven al enamorado
reforzando su expresión
de amor
stella maris taboro
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